La ruta comienza en la carretera que une Torla con la Pradera de Ordesa. Justo en el desvío que lleva al camping de San Antón, encontramos un aparcamiento a mano derecha donde podemos dejar nuestro vehículo. Desde aquí, caminamos unos 50 metros por la carretera hasta localizar a la izquierda una senda bien señalizada que marca el inicio del recorrido.
El sendero, que coincide con el trazado del GR-11, comienza con una ligera ascensión y discurre por la margen derecha del río Ara, ofreciendo desde el inicio bonitas vistas del valle. A lo largo del trayecto, encontraremos un par de pasos aéreos equipados con sirgas para mayor seguridad. Si bien no presentan una gran dificultad técnica, es importante cruzarlos con precaución, especialmente si el terreno está húmedo o si vamos con niños.
Poco después, llegamos al espectacular salto del Carpín, una cascada que desciende con fuerza entre las rocas y que se convierte en uno de los puntos más llamativos de la ruta. Continuamos nuestro camino hasta alcanzar el puente de Santa Elena, una estructura de piedra que nos permite cambiar de orilla y disfrutar de una nueva perspectiva del entorno.
Desde el puente, tomamos la senda que avanza en dirección al camping y refugio de Bujaruelo, en este tramo el camino se vuelve más cómodo y nos permite relajarnos mientras seguimos el curso del río. Ya en el último tramo el camino se empina y atravesamos algunos tramos expuestos no recomendables para personas con vértigo. Finalmente, llegamos a San Nicolás de Bujaruelo, un lugar perfecto para hacer un alto en el camino y disfrutar del entorno.
El regreso se realiza por el mismo camino, permitiéndonos redescubrir el paisaje desde otra perspectiva y aprovechar la tranquilidad del sendero antes de volver al punto de inicio. Una ruta sencilla pero con gran atractivo paisajístico, ideal para disfrutar de la naturaleza pirenaica.