El punto de partida de esta ruta se encuentra en el refugio ubicado justo antes de llegar al puente que conduce al campamento de Ramiro el Monje. En este lugar hay un amplio aparcamiento asfaltado donde podemos dejar nuestro vehículo antes de iniciar el recorrido. Un poste indicador nos señala la senda a seguir, que rápidamente nos adentra en un hermoso bosque de hayas.

La primera parte del recorrido transcurre por un frondoso hayedo, donde la luz del sol se filtra entre las ramas creando un ambiente mágico. El sendero asciende con una pendiente pronunciada a lo largo de aproximadamente 2 kilómetros, lo que nos exige un esfuerzo considerable, pero a la vez nos sumerge en un entorno natural privilegiado. A medida que avanzamos, el sonido del viento entre los árboles y el canto de los pájaros nos acompañan en la subida.

Al salir del bosque, la vegetación se abre y nos encontramos con el impresionante valle de Estriviella. Un arroyo de aguas cristalinas lo recorre de extremo a extremo, guiándonos a lo largo de un kilómetro hasta el final del valle. Durante el trayecto, podemos disfrutar de praderas alpinas salpicadas de flores silvestres y, si tenemos suerte, avistar marmotas o incluso algún sarrio en las laderas cercanas.

Uno de los momentos más impresionantes del recorrido es cuando nos giramos y contemplamos la imponente silueta del Castillo de Acher a nuestras espaldas, elevándose majestuoso sobre el paisaje. La combinación de montañas, praderas y el sonido del agua hace de esta ruta una experiencia inolvidable para los amantes del senderismo. Sin duda, una excursión imprescindible para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.

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