La ruta de las Gorgas del Alba es una de las excursiones imprescindibles en el Valle de Benasque, tanto por su facilidad como por la belleza natural que ofrece. Con algo menos de 3 km de recorrido circular y un desnivel muy moderado, se convierte en la opción perfecta para familias, senderistas ocasionales o quienes deseen disfrutar de un paseo tranquilo sin renunciar a paisajes espectaculares.

El sendero comienza en el aparcamiento que hay al empezar el desvío de la carretera que nos lleva a los baños de Benasque, junto a la carretera que sube hacia el final del valle. Desde allí, el camino discurre por un frondoso bosque de hayas, abetos y pinos, acompañados siempre por el rumor constante del río Ésera, que ha esculpido a lo largo del tiempo estas impresionantes gorgas o estrechos. A medida que se avanza, se suceden las pasarelas de madera, miradores y puntos de observación desde los que se puede contemplar la fuerza del agua, las pozas cristalinas y pequeñas cascadas que caen entre grandes bloques de granito.

En primavera, el deshielo convierte este paseo en un espectáculo sonoro y visual; en otoño, el bosque se tiñe de rojos, ocres y dorados. El trazado está perfectamente señalizado y acondicionado, lo que lo hace también ideal para quienes buscan una primera experiencia en la montaña. Al finalizar la ruta, el sendero enlaza de nuevo con el punto de inicio, permitiendo una caminata sin complicaciones y muy gratificante. Sin duda, un rincón mágico del Pirineo aragonés.